Cómo nos movemos

Que ejecutemos una acción no prueba en modo alguno que sepamos, aunque sea superficialmente, qué estamos haciendo o cómo lo hacemos.» Feldenkrais, 1995

Moshe Feldenkrais justifica esta idea proponiendo un ejercicio tan sencillo como es levantarnos conscientemente de una silla. ¿Qué parte del cuerpo se mueve antes?, ¿contraemos los músculos del abdomen o de la espalda?, ¿tensamos primero el cuerpo o nos inclinamos hacia delante? Esta reflexión nos lleva a descubrir cómo la más simple y común de las acciones puede representar un auténtico misterio al no tener conciencia de cómo la realizamos.

Feldenkrais defiende que en muchos aspectos de nuestra vida somos capaces de realizar las cosas sin saber cómo las hacemos.

Para potenciar nuestra conciencia corporal y eliminar los patrones de movimiento parasitarios, centra en la búsqueda de sensaciones internas prestando especial atención a la manera en cómo hacemos las cosas. El medio que utiliza es el propio cuerpo y en particular, el sistema muscular y la percepción cinestésica y propioceptiva, ya que estos últimos son los elementos que nos ayudan a tener conciencia de lo que ocurre en nuestro interior.

Para facilitar el proceso debemos realizar la acción con lentitud. Cada persona tiene que buscar su ritmo de aprendizaje siendo el ideal aquel que le permite mantener activa su atención y capacidad de discriminación.

El encuentro con las sensaciones internas en Feldenkrais, aparece cuando después de aprender la forma surgen preguntas del tipo: ¿cuánto peso se pone en cada pierna?, ¿qué hace la cadera?, ¿cómo se canaliza la fuerza de los pies a las manos?, etc.

Feldenkrais opina que es bueno huir de vez en cuando de la rutina y preguntarnos si realmente estamos ejecutando lo que creemos ya que: «no por realizar esfuerzo, debemos pensar que lo estamos haciendo bien».

Todos podemos observar cómo en las clases hay personas que pueden repetir el movimiento miles de veces sin mejorar y otras que, en pocos días, muestran grandes avances en su práctica.  la respuesta está en que si bien los primeros creen que el tiempo y la repetición serán suficientes para mejorar una mala ejecución, los segundos observan qué y cómo lo hacen mientras realizan sus movimientos.

Feldenkrais muestra que el camino para eliminar estos patrones parasitarios está en despertar la autoconciencia a través de los cambios de posición del cuerpo. Esto significa que no sólo debemos centrar la atención en qué hacemos sino también en cómo realizamos nuestra acción.

El objetivo del Método Feldenkrais es organizar el movimiento de las personas con el mínimo esfuerzo y la máxima eficiencia, no a través de la fuerza muscular sino aumentando la conciencia de cómo funciona el movimiento. Moshe Feldenkrais

13 Respuestas a “Cómo nos movemos

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  7. He notado que si voy a una clase de Feldenkrais demasiado excitada o nerviosa la clase tiene un efecto muy calmante en mí. Por otro lado si me siento cansada y letárgica, al final de la clase me siento muy alerta y con mucha vitalidad. Además, siempre me sorprende mucho, lo móvil que estoy al final de cada clase.

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