Les hablaré sobre Feldenkrais y el dolor por dos razones principales:
La primera, es que tengo el conocimiento del Método Feldenkrais por mi propio dolor crónico.
La segunda, la gente que viene a verme, por lo general para las sesiones individuales, acuden casi exclusivamente por sus dolores. Pero también los de clases grupales a menudo vienen porque sufren dolor.
El Método Feldenkrais, no es un tratamiento del dolor, y nosotros los profesionales de Feldenkrais, no somos terapeutas, ni curanderos que ponen sus manos benefactoras sobre la gente. El Método Feldenkrais, es un método de aprendizaje, también se podría decir un método de Educación Somática.
¿Es posible aprender a no sentir dolor? O al menos, aprender a tener cada vez menos? Me inclino a decir espontáneamente: depende del dolor, su origen y sus causas. Y después de mucho pensarlo me inclino a decir que sí, con el tiempo podemos aprender a reducir el dolor, cualquier dolor, pero esto es un largo camino. Y aunque el misterio del dolor y el sufrimiento durante mucho tiempo me han intrigado y continúo siguiendo numerosos estudios y experimentos sobre este tema, no me siento competente para hablar de ello aquí.
Hablemos entonces, de un dolor fácil y posible de entender, por ejemplo, el dolor de espalda. Es posible aprender a no tener dolor de espalda? He simplificado voluntariamente el problema, sabiendo que hay diferentes tipos de dolor de espalda.
También situaciones diferentes que pueden provocar dolor de espalda, y esto hace del dolor algo individual.
Comencemos entonces con los dolores cotidianos, el dolor del día a día que tiene todo el mundo, aquel que se fue instalando como dolor crónico más o menos agudo e insoportable, que va y viene sin que nosotros sepamos realmente la causa.
La causa común para la mayoría de los dolores de espalda – que no vienen de un accidente o enfermedad – y de hecho también una malestar en la rodilla – se deben por lo general a un sobre-uso de las articulaciones de la columna vertebral (en la zona lumbar o la articulación de la rodilla o mal uso de las articulaciones vecinas como las caderas, los tobillos o las de la caja toráxica. En principio, y para simplificar, nosotros hacemos un giro donde no deberíamos girar y fijamos la zona que debieramos permitir girar. En pocas palabras: estos dolores provienen de nuestros hábitos, por el momento no nos interesa el origen de estos hábitos incluso si se trata de un tema muy importante en la biografía de cada uno y también en relación con la salud pública.
Comencemos entonces con los malestares domésticos y los hábitos que los provocan. La palabras ¨hábito¨y ¨habituales¨son claves en el Método Feldenkrais, como también lo es la palabra inhabitual.
¿Qué es un hábito y en que consiste? Es un esquema y existe sobre todo en nuestra cabeza, pero generalmente no tenemos conocimiento ni conciencia de ello.
Conozca sus hábitos – este es el primer paso y uno de los cambios iniciales más importantes para lograr el bienestar. ¿Qué es lo que se mueve cuando me muevo?
Explorar alternativas – por ejemplo, hacer los movimientos de una manera inusual -será la segunda- ¿puedo hacer este movimiento de manera diferente?
Tomar conciencia de las conexiones, los efectos, las sensaciones será la tercera. ¿Qué se está moviéndose también? ¿Donde siento el movimiento en el cuerpo?
Saber escoger lo que es bueno para uno, es el último paso. ¿Con qué movimiento me siento más cómoda?
Conocer significa aquí: sentir y tomar conciencia de qué siento mientras me muevo. Es algo sensorial, físico y mental, al mismo tiempo, no se reduce al conocimiento teórico. Conozco la anatomía, se teóricamente que la articulación de la cadera es una cavidad en la que se mueve la cabeza femoral – un objeto redondo que puede rodar como todo cuerpo esférico.
Pero mientras yo no la siento rodar, no lo sé, no sé realmente que es lo que rueda en la cadera, Yo siento mi propia cadera, otra persona no siente lo mismo en mi lugar. Mi sensación, de mi articulación y el rodar de la cabeza del fémur tiene una representación en mi cerebro a partir de mi sistema nervioso.
Este es el comienzo. Me muevo y siento cómo lo hago. Yo no lo siento sólo en la pelvis, lo siento sucesivamente en todo el cuerpo. Siento si apreto la mandíbula y tenso la espalda o el cuello, siento si respiro y cómo, o si bloqueo la respiración. Y poco apoco yo tomo más conciencia de mí y de mi imagen.
Al tomar conciencia de sí mismo ya hay un cambio. A continuación la experiencia de ejecutar pequeños movimientos se realiza al practicar durante las sesiones grupales de Autoconciencia a Través del Movimiento. Ahora veamos cómo el cuerpo reacciona al dolor. Usted al caminar realiza un movimiento que produce un dolor repentino en la rodilla. El cuerpo reacciona de inmediato con varias medidas: la primera reacción, sin embargo, es que se tensiona al menos parcialmente, y totalmente a menudo. Además hacemos muecas, emitimos un suspiro o gritos, retenemos la respiración, el cuerpo se estira o se dobla.
Después de un rato el cuerpo se relaja un poco, tratamos de encontrar una posición soportable, tal vez no agradable, pero es menos doloroso.
Pero al comienzo es la rigidez, lo que acompaña el dolor, como también sucede con los dolores emocionales. ¿Qué está ocurriendo en los músculos cuando se vuelven rígidos? Los músculos se acortan y se tensan.
Si la lesión, el lugar del dolor, es una extremidad o articulación, (en este caso la pierna y la rodilla), las inserciones de los músculos a los huesos (los tendones) ejercen una tracción una tensión. Si los músculos implicados son múltiples, que en general es el caso, la tracción puede ser muy fuerte y hasta un provocar un cambio significativo en la alineación del esqueleto: la rodilla ya está flexionada, el talón se eleva más hacia el exterior, la cadera del mismo lado baja levemente, la columna se gira un poco, las cervicales se inclinan hacia un lado para que la cabeza está levantada y los ojos en sentido horizontal. Todo el peso del cuerpo se encuentra en el otro pie. Imagine esta posición! (Tal vez usted recuerde las palabras de Fernand Raynaud en la escena del traje a la medida: «Usted es un sastre excelente para hacer un traje que caiga sobre una persona, mal hecha»). Si permanece mucho tiempo en una postura como esa, se instala la tensión y los acortamientos en todos los niveles, y moverse en esta posición se convierte en un hábito. Y sobre todo un hábito perjudicial, puesto que no es útil para usted.
La reacción a una lesión o al dolor es instintivo, no se puede impedir, ya que es necesario protegerse. Es mejor no moverse para no agravar la lesión.
Pero se puede hacer otra cosa. Usted puede aprender a usar de nuevo todo su cuerpo para liberar las tensiones, y ejercer los movimientos necesarios para recuperar la longitud y flexibilidad de los músculos y la movilidad del esqueleto. Se aprende a coordinar mejor y a diferenciar sus movimientos, a moverse sin dolor, con más eficacia y menos esfuerzo, y recuperar la facilidad y el placer del movimiento.
Si usted siente dolor en la rodilla al caminar, aprenderá a caminar sin dolor, por primera vez en un campo de gravedad que le permita no cargar con el peso de su cuerpo y alargarse desde el suelo. Cuando sienta de nuevo la libertad de moverse sin peso, perderá el miedo al movimiento , experimentando su funcionalidad. El miedo al dolor es una razón muy importante para la instalación de «malos hábitos». Por esta razón es esencial aprender de forma segura, suavemente, en etapas y poco a poco tomar conciencia y sentir cada vez que, cuando la rodilla se flexiona y se extiende con facilidad, los tobillos y las caderas y todo el cuerpo entero funcionan como un ensamblaje. Poco a poco redescubrirá su capacidad de caminar, usando la rodilla en sintonía con su cuerpo y su alma, ya que ha aprendido como hacer, para no tener dolor.
Finalmente unas palabra sobre la artrosis.
La Artrosis. El dolor a menudo nos sorprende en una actividad normal, que nosotros hacemos todo el tiempo. Te despiertas en la mañana con una rigidez en el cuello: girar la cabeza se vuelve imposible. Salimos de la ducha con ciática: un paseo o sentarse ¡!!! tortura pura!!!! Nos sentamos frente a la computadora con los hombros, codos, manos tan adoloridos que ni siquiera puedes levantarte. Bajamos las escaleras, lanzando grititos de dolor que se sienten en la rodilla o el pie. Y el médico dice, es la artrosis. Juicio final, lo que significa que no se puede hacer nada, el cartílago se deterioró. ¿Cómo el cartílago se dañó? Oh, ya sabes,….que la edad y mi padre también tuvo. Es hereditaria. ¿Es posible, sin embargo, que mis hábitos, también sean hereditarios? Nosotros, los profesionales de Feldenkrais no tenemos la capacidad de renovar sus cartílago – ni siquiera lamentablemente ayudar a nuestros propios miserables cartílagos, pero podemos ayudarle a hacer la experiencia de aprender a usar las escaleras sin dañar el cartílago remanente y evitar descargar el peso en los lugares que causan dolor. Nosotros somos expertos en crear un espacio para explorar y desarrollar el movimiento de su cuerpo en sus propias condiciones, sin dolor. Es un proceso, que a veces funciona como una varita mágica: aprender a no tener dolor.
Christa Lutter, marzo 2011 Traducción : Patricia Bustos Roa
Fuente: Cuerpo en movimiento
Excelente, aprendo cada dia mais sobre o método e apesar de ter algumas formações do método aqui no Brasil queria ir ai aprender diretamente contigo Esther Niego, obrigada pela aula.
Agradezco mucho tu comentario, Nadia Emilia, tu confianza e interés. Siempre serás bien recibida aquí. Un fuerte abrazo.
practico ,estudio e investigo sobre el metodo Feldenkrais…..doy fe de los resultados..el dolor e s en mi rodilla izquierda…mientras bailo, por dos hrs…no lo siento, si, la rigidez en la pierna…hace 2 meses…pase un periodo de 15 dias sin DOLOR ..ahora volvio…estoy confundida..los diagnosticos médicos..hueso bien…falta resonancia magnetica…creo en el metodo..que hago mal?…gracias por su información..gracias…
Hola, Ana Maria, como comprenderás es muy difícil hacer un diagnostico sin conocerte y ver cómo te mueves. En un principio tendrás que esperar a ver qué dice la resonancia. Te aconsejo te dirijas a un profesional del método para que pueda evaluar a qué se debe el dolor. Gracias por tu interés. Saludos.
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Este es el comienzo. Me muevo y siento cómo lo hago. Yo no lo siento sólo en la pelvis, lo siento sucesivamente en todo el cuerpo . Siento si apreto la mandíbula y tenso la espalda o el cuello, siento si respiro y cómo, o si bloqueo la respiración. Y poco apoco yo tomo más consciencia de mí y de mi imagen. Al tomar conciencia de sí mismo ya hay un cambio. A continuación la experiencia de ejecutar pequeños movimientos se realiza al practicar durante las sesiones grupales de Autoconciencia a Través del Movimiento. Ahora veamos cómo el cuerpo reacciona al dolor. Usted al caminar realiza un movimiento que produce un dolor repentino en la rodilla. El cuerpo reacciona de inmediato con varias medidas: la primera reacción, sin embargo, es que se tensiona al menos parcialmente, y totalmente a menudo. Además hacemos muecas, emitimos un suspiro o gritos, retenemos la respiración, el cuerpo se estira o se dobla. Después de un rato el cuerpo se relaja un poco, tratamos de encontrar una posición soportable, tal vez no agradable, pero es menos doloroso.
Gracias, Rodger, por tu detallada y bonita explicación. Saludos.