El Método Feldenkrais ofrece herramientas en el área de las neurociencias que permiten tomar conciencia de la imagen que cada uno tiene de si mismo y que facilita la diferenciación, con mucha claridad, de las distintas partes del cuerpo en la acción.

Sabemos que tenemos partes de nuestro cuerpo que no están vivas, presentes. Nos fue dado todo para que estén integradas pero estamos prisioneros de esa situación y no logramos conectarlas entre sí.

¿Por qué? ¿Qué fue pasando a lo largo de nuestras vidas que fuimos perdiendo esa espontaneidad y libertad de movimiento que tienen los niños donde claramente se observa que todo el cuerpo acompaña a las intenciones de la acción?

Lo habitual, es que en la vida adulta, solemos repetir los mismos movimientos y emociones y llegamos a las mismas frustraciones.

Feldenkrais decía que: el hombre ha sido creado para ser creativo y no para quedar fijo en repeticiones.

Si el ser queda retenido en los mismos patrones, entonces no puede tener la adaptabilidad necesaria a las diferentes situaciones que presenta la vida. Tampoco puede ser  creativo ni evolucionar satisfactoriamente en todo lo que potencialmente podría.

El movimiento, es el medio, que nos ayuda a activar nuestros recursos para tomar conciencia y mejorar la gestión de nosotros mismos ya sea en el aprendizaje como en la vida cotidiana.

Actualmente, los biólogos, han demostrado que el cerebro se activa tanto por la imaginación como por el movimiento. Y esto es lo que Feldenkrais descubrió hace más de 60 años. Una revolución en el área de las neurociencias.

El movimiento tal como es experimentado en el Método Feldenkrais, desarrolla la conciencia, refinando la percepción de una manera cada vez más clara y precisa.

Es así como genera la libertad necesaria para elegir entre diferentes posibilidades.

Facilita la variedad de opciones. Cada pensamiento y cada emoción se expresa en el tono muscular, en la respiración y en nuestra sensación de estar livianos o pesados.

Moshe Feldenkrais decía que ayudaba a la gente a sentir, a percibir aquello que ellos percibirían si pudieran hacer lo que no pueden. Pone en foco y facilita la observación  de cuáles son las limitaciones en el movimiento y abre las compuertas para que fluya.

La persona que experimenta el método, se percibe en acción y en completa relación consigo misma.

Moviéndote en la  vida cotidiana, sin esfuerzo, sintiéndote erguido de manera natural, espontánea y siendo eficiente, elegante en tu quehacer, puedes notar que tienes una relación dinámica con tus sentidos, emociones y también con el entorno.