Aprendiendo con el Cuerpo

Foto: © International Feldenkrais® Federation Archive, Robert Golden

Cuando escuchamos la palabra aprendizaje, a menudo, pensamos en procesos puramente mentales-cognitivos, en un aula en la que el profesor habla y los alumnos escuchan. O quizás no. Este proceso es pasivo. Los estudiantes no determinan el contenido ni el ritmo. El éxito no se mide principalmente por lo bien que los estudiantes pueden pensar o resolver problemas, sino por lo bien que pueden recordar hechos.

Sin embargo, el aprendizaje siempre ha sido más que la mera adquisición pasiva de información y siempre ha estado estrechamente ligado a procesos físicos. El conocimiento se adquiere a través de la experiencia y la interacción individual, a través de “comprender” y de probar cosas. Esto, a menudo, se considera aprendizaje activo y es un componente del dominio y la genialidad.

Moshe Feldenkrais fue quizás un genio. No sólo era un estudiante excepcionalmente talentoso, sino también alguien cuya ambición era enseñar a las personas a aprender para que pudieran convertirse en sus propios maestros y no necesitaran de ningún otro maestro.

Voy a ser vuestro último maestro. No porque vaya a ser el mejor que jamás hayáis encontrado, sino porque vais a aprender a aprender. Cuando lo hayáis aprendido os daréis cuenta de que no hay maestros, que sólo hay personas que aprenden y personas que aprenden a facilitar el aprendizaje.

La autoconciencia y la exploración se integran en un método terapéutico que juega con el movimiento, con la vida y sus infinitas posibilidades. Feldenkrais enfatizó que el aprendizaje debe ser divertido, un proceso basado en la curiosidad más que en la búsqueda de la perfección.

Rechazó la idea de un aprendizaje único para todos y reconoció que cada persona tiene necesidades, antecedentes y capacidades únicas. A partir de esto, desarrolló lecciones flexibles que se  pudieran adaptar a las necesidades, antecedentes y capacidades individuales haciéndolas accesibles a una amplia gama de personas.

¿Qué significa todo esto? Para un niño, el aprendizaje es transformación. Dominar tu cuerpo significa transformar tus capacidades. Un niño que aprende a gatear, trepar, correr, cantar y actuar más tarde se convertirá en un adulto capaz de hacer muchas cosas. El aprendizaje es transformador.

A medida que envejecemos, a menudo, perdemos algunas de nuestras capacidades físicas. Sin embargo, esto no es una cuestión de destino, ya que cada uno puede aprender y cambiar: la ciencia demuestra que el cerebro puede aprender cosas nuevas y cambiar a cualquier edad, la llamada neuroplasticidad. Con la guía adecuada, podemos reprogramarnos para hacer cosas nuevas o mejorarlas.

Da el primer paso para redescubrir tu potencial. Ya sea que desees mejorar tus habilidades de movimiento, agudizar tu mente o aumentar tu bienestar, nunca es demasiado tarde para aprender y cambiar.

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