El movimiento humano es un medio esencial para relacionarse con el medio ambiente e intervenir en él activamente. Es la expresión fundamental de la voluntad interna de una persona. Se puede hablar de Movimiento desde distintos planos: desde el plano físico podemos pensar en el movimiento de nuestro cuerpo cuando nos desplazamos, nos trasladamos de un lugar a otro, o de cada miembro (brazos, piernas, pies, manos, cara, boca, etc.) cuando danzamos, miramos, tocamos, o nos expresamos con gestos, mímicas, rituales, etc., cuando hacemos ejercicio físico, También, en el mismo plano, hay movimientos internos en nuestro organismo, que hacen a la función de cada órgano. Hay movimiento cuando somos concebidos, nacemos, crecemos, nos desarrollamos, hasta la muerte.
Movimiento también significa búsqueda, crecimiento personal y espiritual, ánimo, esperanza, energía, coraje. Cada movimiento que uno realiza en la vida es una búsqueda de expresión, de expansión, de despliegue, de armonía e integración.
Estamos en permanente movimiento junto a todos los elementos que conforman el universo. La VIDA es MOVIMIENTO!
El movimiento humano es un instrumento para saber más acerca de uno mismo. Un medio para mejorar la calidad de vida y acceder a niveles superiores de conciencia.
El movimiento, el sostén, el equilibrio de nuestro cuerpo dependen, desde el punto de vista orgánico, de la actividad de los músculos voluntarios, dirigidos por el sistema nervioso. Cualquier alteración del sistema nervioso que afecte las neuronas motoras o los neurotransmisores produce trastornos del movimiento muscular. Cuando los estímulos emocionales ingresan al sistema nervioso influyen en la respuesta muscular.
El concepto de cuerpo, por lo tanto, trasciende lo orgánico, abarcando aspectos afectivos, culturales, históricos.
En nuestra cultura se tiende a escindir el cuerpo del pensamiento y las emociones, sin embargo eso es imposible, somos una unidad, sentimos, pensamos, accionamos y nos comunicamos a través del cuerpo, de gestos, de movimientos, de la voz, de las palabras. Al mismo tiempo los estímulos recibidos en nuestra relación con el mundo externo, se alojan en nuestro cuerpo, generando estados físicos y emocionales.
Las alteraciones de la emoción pueden enfermarnos psíquica y físicamente, son causa de dolores crónicos, sufrimiento, pobre calidad de vida, quedando esto instalado en el cuerpo y afectando a su vez nuestra capacidad de razonar. No se puede aislar al cuerpo reduciéndolo a su anatomía, fisiología, neurología. El cuerpo expresa historias, afectos, traumas.
El cuerpo recuerda más que la mente las problemáticas de la vida cotidiana, pero cuando el cuerpo abre sus puertas, le devuelve a la mente sus poderes esenciales. Fedora Aberastury
Hay muchísimas disciplinas del movimiento con abordajes específicamente corporales, expresivos y/o terapéuticos: distintos tipos de gimnasia y ejercicios físicos; danzas; Danza-Movimiento-Terapia; Método Feldenkrais, Integración somática; Esferokinesis; Esferodinammia; Elongación; Estiramiento; Masajes; Kinesiología; Pilates; Reeducación Postural Global (RPG); Yoga; Eutonía; Movimiento Vital Expresivo; Meditación, Tai Chi; Etc.
Hay entre ellas un grupo de sistemas y técnicas integradoras que favorecen el desarrollo de la conciencia corporal, interrelacionando la conciencia, con el funcionamiento biológico y el entorno, y que proponen un abordaje integral. El objetivo es reconocer o descubrir aquellas interferencias que bloquean el despliegue o la manifestación de las leyes naturales de la vida, modificando conscientemente nuestro accionar, ofreciendo nuevas posibilidades a nuestro cuerpo. Cuando modificamos conductas corporales, cambian también otros aspectos de nuestra vida, en la relación con nosotros mismos y con el entorno.
Está en nuestra naturaleza la coordinación de nuestros movimientos, determinado tono muscular, una postura que nos centre en nuestro eje en relación a la tierra, la elasticidad, plasticidad, capacidad de expansión, así como también la curiosidad y el juego, la expresión, el contacto, la caricia, el afecto, etc. En la medida que crecemos desarrollamos patrones de tensiones musculares innecesarios, patrones de comunicación y vinculación con los demás y con el entorno con los cuales aprendemos a convivir, naturalizándolos. Las diversas técnicas integradoras, buscan disponer el organismo para que la energía vital fluya naturalmente y se manifieste plenamente.
Fuente: Paula Alemán
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