¿Cuántas veces has visto una foto de alguien; en una playa, en el borde de un acantilado, en la cima de una montaña, con los brazos extendidos hacia los lados como si estuvieran a punto de abrazar el cielo, el sol o el océano?
Si buscas en Google una imagen con los brazos abiertos, surgen miles de fotos. Prueba hacer este gesto en este momento, abre los brazos y respira.
Tomamos este movimiento por sentado. Algunas personas dirán que representa la alegría, el triunfo o el amor. (Después de todo, hacemos este movimiento cuando vemos a alguien que estamos encantados de encontrar, no es así? Abrimos nuestros brazos y luego los cerramos en un abrazo.) ¿Pero por qué ? Algunos dirán que es porque somos bípedos y tenemos esta libertad para abrir nuestros brazos. Es un gesto exclusivamente humano. Pero hablando del movimiento de nuevo. Observa lo qué sucede enfrente de tu pecho, con tu aliento y en la cara. Este gesto de abrir los brazos no sólo conduce a un abrazo. Puede ser una ofrenda, una rendición y una liberación, el pecho se expande, la sangre y el aliento aumentan. (¿tomaste una respiración profunda?) la boca con frecuencia se ensancha.
Cuando abrimos nuestros brazos, asumimos la forma de una cruz. Muchas personas asocian el crucifijo con el cristianismo. Pero el símbolo de la cruz es mucho más antiguo, encontrándose variaciones en tumbas antiguas de todo el mundo. En algunas culturas, es un símbolo de regeneración. En otras, donde se trata de una forma más simétrica, se dice que representan los cuatro elementos. Otra interpretación retrata la cruz como una metáfora de dos energías: la vertical / divina, levantándose de la tierra a los cielos, y la horizontal / material, que es nuestra vida vivida en la dimensión del tiempo. La anatomía humana encarna de forma exclusiva esta metáfora. Los largos músculos de las piernas se conectan con la parte de atrás. Los músculos de la espalda viajan hacia arriba, ramificandose en una T a través de la cintura escapular. Cuando se extienden los brazos, se puede ver el mismo símbolo de la cruz en la espalda y hombro. Coincidencia? Tal vez, pero interesante.
La próxima vez que estés con los brazos extendidos para saludar a tu amante, para abrazar a tu nieto o simplemente para saludar al sol naciente, tomate un momento para sentir el movimiento de la fuerza de la vida que se ejecuta en paralelo con tu emoción.
Moshe Feldenkrais, creó muchos lecciones de Autoconciencia a Través del Movimiento que conectan la extensión horizontal de los brazos y la verticalidad de las piernas a la cabeza. En el estudio de estas lecciones y su impacto en la función, he descubierto un vínculo fisiológico a estos principios antiguos. Éstos se analizarán en profundidad en el taller: Cada paso es una oración: Las Historias Sagradas en el Cuerpo. Os invito a que me acompañéis en esta aventura. Lavinia Plonka
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